El sistema de gestión y auditoría medioambientales de la UE, que se abrevia como EMAS, es una herramienta voluntaria de gestión medioambiental para las empresas y otras organizaciones. EMAS se utiliza para evaluar, notificar y mejorar el comportamiento medioambiental de la organización, por ejemplo reduciendo el consumo de energía, el consumo de papel, la generación de residuos, las emisiones de gases de efecto invernadero, etc. EMAS fue creado por la Comisión Europea en 1993.
Si un sistema de gestión medioambiental en una organización sigue las directrices del Reglamento EMAS, esta organización puede registrarse en EMAS. En la actualidad, más de 4600 organizaciones están registradas en EMAS.
¿Cómo utiliza EMAS la AEMA?
La AEMA tiene el mandato de contribuir a lograr mejoras significativas y cuantificables en el medio ambiente europeo y de apoyar el desarrollo sostenible. En este contexto, reconocemos que tenemos una clara responsabilidad a la hora de gestionar nuestro propio comportamiento medioambiental.
Como todas las organizaciones, consumimos recursos naturales e impactamos el medio ambiente a través de nuestras operaciones cotidianas. Hemos establecido un sistema de gestión medioambiental para minimizar estos impactos y mejorar continuamente nuestro comportamiento medioambiental de manera estructurada. Nuestro sistema de gestión medioambiental sigue las normas del Reglamento EMAS, en el que la AEMA se registró en 2005.
Queremos crear una Agencia que funcione de la manera más sostenible posible, y con EMAS podemos garantizar credibilidad y plena transparencia. Nuestro sistema de gestión medioambiental y la mejora continua de nuestro comportamiento medioambiental son evaluados anualmente por un verificador independiente y publicamos anualmente nuestros indicadores de comportamiento medioambiental, objetivos y planes de acción en el informe de la declaración medioambiental de la AEMA.
¿Qué ha logrado la AEMA recientemente a través de EMAS?
Obviamente, el comportamiento medioambiental de la AEMA en 2020 se vio muy influido por la pandemia de COVID-19, que se tradujo en una reducción considerable del consumo de electricidad y de papel y en las emisiones de CO2 generadas por los viajes de trabajo y las reuniones.
Consideramos que las repercusiones de la pandemia de COVID-19 son un catalizador de los acontecimientos que, de otro modo, habrían tardado varios años en ocurrir, por ejemplo la oficina sin papel y el uso generalizado de videoconferencias en lugar de reuniones presenciales.
Cuando superemos la pandemia, será importante mantener prácticas y hábitos útiles y sensibilizar a la opinión pública. Tenemos que intentar evitar posibles efectos rebote, por ejemplo si el personal vuelve a las mismas prácticas de imprimir en la oficina anteriores a la pandemia, o efectos rebote asociados al aumento del teletrabajo, como un mayor consumo de electricidad en la oficina de su casa.
¿Qué diría a otras organizaciones que consideren la posibilidad de utilizar EMAS en lo que respecta a su comportamiento medioambiental?
Las organizaciones son cada vez más el centro de atención y están bajo el escrutinio de sus partes interesadas en lo que respecta a su comportamiento medioambiental, especialmente en relación con su huella de carbono.
Ser proactivo a la hora de asumir la responsabilidad de sus efectos sobre el medio ambiente y el clima es cada vez más importante no solo para apuntalar los valores de la organización, sino también para gestionar los riesgos y la reputación. Con EMAS, se puede hacer este trabajo de la manera correcta y con credibilidad.
Otros beneficios para la organización podrían consistir en reducir los costes de la gestión de recursos y residuos, minimizar los riesgos, apoyar el cumplimiento de la normativa y mejorar las relaciones con las partes interesadas internas y externas. Un estudio de la Comisión Europea ha demostrado que EMAS también puede contribuir a lograr una ventaja competitiva.
¿Cuáles son los próximos pasos para mejorar el comportamiento medioambiental de la AEMA?
El año pasado decidimos elevar el nivel de ambición climática en la política medioambiental de la AEMA. Todos los sectores de la economía, así como los organismos e instituciones de la UE, tendrán que contribuir a la ambición de Europa de convertirse en el primer continente climáticamente neutro de aquí a 2050.
Por lo tanto, la AEMA pretende convertirse en una organización climáticamente neutra de aquí a 2030 y apoyar a otras agencias europeas hacia la sostenibilidad, especialmente durante este año, cuando la AEMA preside la Red de Agencias de la UE.
El suministro de electricidad a la AEMA ya es un 100 % renovable, alimentado principalmente por energía eólica. Se compensan las emisiones de CO2 relacionadas con los viajes de trabajo del personal y los viajes de visitantes a la AEMA.
Las compensaciones se utilizan para apoyar proyectos de eficiencia energética certificados «Gold Standard» en África. Actualmente trabajamos para evaluar nuestra huella de carbono con un mayor alcance y desarrollar una hoja de ruta viable para lograr la neutralidad climática de aquí a 2030. La AEMA está plenamente comprometida con esta acción.
Fuente: Melanie Sporer / AEMA,
Artículo de referencia: https://www.eea.europa.eu/es/articles/mejorar-el-comportamiento-medioambiental-de,