Productos pesqueros
Oceana aplaude la adopción por parte del Parlamento Europeo de una resolución sobre la trazabilidad de los productos pesqueros en restaurantes. Esta iniciativa del presidente de la Comisión de Pesca, Alain Cadec, viene motivada por el estudio de Oceana que reveló en 2015 una alta tasa de mala identificación en restaurantes de Bruselas. La Eurocámara insta a la Comisión Europea y a los Estados Miembros a hacer frente a esta extendida práctica reforzando los controles e inspecciones, sobre todo en restaurantes, y generalizando tests de ADN para contribuir a la identificación de especies.
“Nuestra investigación sobre el fraude en el pescado llega a una conclusión clara: las normas sobre trazabilidad fallan en los restaurantes”, afirma Lasse Gustavsson, director ejecutivo de Oceana en Europa. “Hace falta un sistema completo de trazabilidad en el pescado, del barco al plato, para proteger a los consumidores y para garantizar la sostenibilidad de las políticas pesqueras de Europa, evitando también la entrada al mercado de pescado ilegal o con pocas garantías”.
Oceana pide a la Comisión Europea que desarrolle un estudio en toda la UE sobre la mala identificación del pescado exclusivamente en restaurantes para así entender mejor la magnitud del problema, identificar en qué punto de la cadena de suministro se produce, cuáles son los motivos y razones y cuál es el mejor modo de atajarlo en el plano comunitario.
Estudios recientes realizados en la UE han arrojado niveles menores de sustitución en el pescado no procesado (como el que se vende en supermercados), mientras que otros informes han revelado niveles mucho más altos de fraude en los restaurantes, debido principalmente al menor número de normas de identificación. En los supermercados, los consumidores saben que pueden ver fácilmente el nombre científico, el nombre comercial e información sobre la zona de captura del pescado que compran, pero en los restaurantes no pueden tomar una decisión con el mismo nivel de información.
Aparte, las autoridades nacionales a menudo tienen dificultades para inspeccionar de forma efectiva los restaurantes por disponer de una capacidad limitada y también por cortapisas administrativas para efectuar controles sin anunciar, por ejemplo.
El proyecto LABELFISH, que hizo en 2015 el mayor estudio de autenticidad del pescado realizado hasta la fecha, concluyó que las dificultades eran mayores fuera del comercio minorista y que tanto la normativa de identificación como su aplicación era más limitada en los restaurantes (incluyendo los de comida para llevar) y otros servicios de hostelería.