Como parte de una campaña nacional de protección y prevención fueron instalados siete solmáforos que indican a los habitantes de la capital Bogotá y otras cinco ciudades – Cartagena, Pereira, Cali, Medellín y Pasto- cuán riesgoso es exponerse a los rayos del sol en un momento de alta radiación.
El solmáforo es un equipo de apariencia similar a los semáforos de tránsito, pero está diseñado para medir la radiación del tipo UV-B, la más peligrosa para la piel. La medición se efectúa mediante sensores ópticos y filtros UV, y el sensor entrega la intensidad de la radiación UV mediante un código de colores que hace muy sencillo identificar la peligrosidad de la radiación. Gracias a su recomendación es posible conocer el tiempo que las personas pueden estar al sol sin riesgo de quemaduras, y así garantizar una adecuada protección en lugares de exposición directa, como Bogotá, ciudad que por estar “2600 metros más cerca de las estrellas” –como se enorgullecen sus habitantes- es muy peligrosa en materia de radiación.
Cuando el solmáforo marca verde, el riesgo de exposición al sol es bajo para la salud humana, y cuando está en amarillo es moderado. El color naranja evidencia un riesgo alto e indica que se deben usar más elementos de protección, como un buen protector solar, gafas y/o sombrero. Los colores rojo y morado ocupan el máximo de la escala e indican que hay alta radiación UV y, por tanto, puede significar un alto riesgo para la salud si la exposición al sol se prolonga por más de algunos minutos.
El solmáforo muestra el índice UV (IUV), que mide la intensidad de la radiación solar ultravioleta y da alertas. El indicador se calcula en una escala del 1 al 11+, y alcanza los niveles más altos alrededor del mediodía, horario en que existe mayor probabilidad de producirse lesiones en piel y ojos.
“Los solmáforos cuentan con un sistema de transmisión de datos de radiación UV e índice UV a la sede del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (IDEAM) en Bogotá", precisó Leydy Suárez, coordinadora nacional de la Unidad Técnica de Ozono (UTO), entidad que funciona como un proyecto del PNUD gracias a los recursos donados por el Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal.
La cantidad de radiación ultravioleta solar que llega a la superficie de la tierra en un lugar determinado depende de la posición del sol, la cantidad de ozono estratosférico, las condiciones meteorológicas, la proximidad al ecuador y la contaminación. Los niveles de ozono en Colombia son habitualmente bajos, con un máximo de 280 unidades Dobson (UD). El promedio anual del nivel de ozono en todo el territorio nacional no sube de las 277 UD y los niveles mínimos se presentan entre diciembre y marzo. El instituto prevé altos valores de radiación ultravioleta en Colombia para el futuro, como consecuencia de la disminución de la nubosidad y de los bajos valores de ozono estratosférico.
Esto es clave para la salud. Según estudios de la Asociación Colombiana de Dermatología, del total de los tipos de cáncer que se registran en el país, el 47% corresponde al de piel. “Para los seres humanos, pequeñas dosis de radiación UV son beneficiosas y necesarias para la producción de vitamina D. Pero exposiciones prolongadas pueden provocar lesiones importantes en los ojos, quemaduras y manchas en la piel, que con el tiempo se traducen en envejecimiento prematuro –precisó Leydy Suárez-. Un efecto crónico de los rayos solares es el cáncer de piel y por eso los solmáforos actúan como una muy valiosa herramienta de información y alerta”.
Desde 1992, tras la primera Cumbre de Río, Colombia es parte del Protocolo de Montreal con el cual las naciones se comprometieron a eliminar el consumo de las sustancias agotadoras de la Capa de Ozono. Para hacer posible el cumplimiento del Protocolo, y en el marco de la cooperación del PNUD con el país, se creó la Unidad Técnica Ozono, un proyecto que opera en el Ministerio de Medio Ambiente. Entre sus tareas están identificar, formular y ejecutar proyectos de reconversión industrial, de acuerdo con las prioridades sectoriales, técnicas, industriales, ambientales, de la política nacional y las establecidas por el Comité Ejecutivo del Protocolo de Montreal.
Para este proyecto resulta de especial importancia la creación de conciencia sobre el significado y la situación de la capa de ozono además de las acciones nacionales e internacionales encaminadas a su protección.