Smart City y Destino Turístico Inteligente, dos conceptos con objetivos comunes
Tanto las empresas del sector turístico como las compañías tecnológicas no son ajenas a este movimiento y se han lanzado a desarrollar experiencias de ocio y turismo basadas en las últimas tendencias TIC. Realidad virtual, realidad aumentada, simuladores, apps, balizas y pantallas táctiles con todo tipo de información con la posibilidad de ser personalizada.
Pero el Destino Turístico Inteligente (DTI) es mucho más y, además de tecnología e innovación, debe ser accesible a todas las personas y sostenible en términos medioambientales.
Sobre estos ejes, los gestores de los entes turísticos deben trazar sus planes para abordar la conversión de sus destinos en inteligentes. En este sentido, va a existir una ayuda inestimable con el lanzamiento oficial, para este 2017, del Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
No nos podemos olvidar de la movilidad sostenible, como aspecto fundamental de cualquier destino turístico inteligente, donde se muestra imparable el desarrollo de los vehículos eléctricos y de los sistemas de alquiler basados en la Economía Colaborativa con vehículos de cero emisiones.
Y es que parece ecointeligente que este tipo de movilidad no contaminante se implante definitivamente en entornos urbanos que reciben gran cantidad de visitantes y que, por tanto, requieren un especial cuidado por su interés artístico, cultural y de ocio.
Un destino turístico no puede ser inteligente si no es accesible para todas las personas. Proyectos como las balizas inteligentes de guiado especialmente diseñadas para la identificación y localización de los objetos cercanos, ofrecen un mundo de nuevas posibilidades a las personas invidentes asistidas por apps en sus smartphones.
Cuando se habla de accesibilidad, se habla de lugares de ocio de los que puedan disfrutar no solamente personas con algún tipo de discapacidad, si no también personas mayores y familias con niños pequeños.
Y es cierto que en pocos años las personas mayores van a representar un tercio de los turistas que viajan por Europa, debido al envejecimiento de la población, lo que hace que los destinos deban tener en cuenta más que nunca a este grupo de población.