Hoy recogemos en Ambientum, las conclusiones que en su artículo Oscar Granados, desde Ethic.es destaca acerca de la La Directiva de Información Corporativa sobre Sostenibilidad (CSRD, por sus siglas en inglés) y que ha introducido cambios significativos para las empresas de la Unión Europea en materia de transparencia y divulgación de su impacto ambiental, social y de gobernanza (ESG). Con la normativa vigente desde 2024, las empresas se enfrentan a un panorama regulatorio más exigente, que requiere no solo ajustes en los informes, sino una integración completa de estos nuevos requisitos CSRD en su modelo de negocio.19
El propósito de la CSRD
El principal objetivo de la CSRD es equiparar la relevancia de la información financiera con la no financiera. Esto significa que las empresas deben proporcionar datos consistentes y comparables sobre su impacto ambiental, social y de gobernanza, lo que permite a los diferentes grupos de interés (inversores, consumidores, empleados, proveedores) tomar decisiones más informadas y responsables. Según Elsa Castillo, coordinadora de reporting y análisis del Pacto Mundial de la ONU España, esta normativa traerá «una mayor transparencia y una mejora cualitativa en los informes de sostenibilidad».
Un paso de gigante en sostenibilidad corporativa
La CSRD amplía de manera significativa la cobertura de la anterior Directiva sobre Divulgación de Información No Financiera (NFRD), incrementando el número de empresas que deben reportar de 12.000 a casi 50.000 en toda la Unión Europea. En España, más de 5.500 compañías estarán obligadas a cumplir con estos requisitos, lo que implica un cambio notable en la forma de abordar la sostenibilidad empresarial.
Este avance regulatorio responde a la creciente demanda de transparencia en cuanto a las prácticas empresariales, promovida tanto por los inversores como por la sociedad en general. La normativa exige que las empresas reporten no solo sobre su modelo de negocio y sus estrategias de sostenibilidad, sino también sobre los riesgos e impactos potenciales de sus operaciones.
¿Qué deben divulgar las empresas?
La CSRD exige a las empresas proporcionar información amplia y detallada sobre varios aspectos:
- El artículo 19 de la directiva detalla la necesidad de divulgar aspectos como el modelo de negocio, las oportunidades vinculadas al desarrollo sostenible, los planes financieros alineados con los objetivos del Acuerdo de París, la gobernanza corporativa y los riesgos asociados.
- Además, las empresas deberán ofrecer datos concretos sobre indicadores específicos que cubren temas como biodiversidad, huella hídrica, contaminación, condiciones laborales y el buen gobierno corporativo.
Un aspecto central de la CSRD es la obligación de reportar conforme a los Estándares Europeos de Información de Sostenibilidad (ESRS), adoptados en 2023. Estos estándares estructuran la información en tres áreas clave: estrategia, medidas de aplicación y métricas de rendimiento, que permiten evaluar los impactos ESG de manera más precisa.
La doble materialidad: un concepto clave
Uno de los nuevos conceptos introducidos por la CSRD es el de «doble materialidad». Esto significa que las empresas no solo deben informar sobre los riesgos financieros derivados de la sostenibilidad, sino también sobre los impactos que generan en el medio ambiente y las personas. Esta perspectiva permite a los inversores comprender no solo los riesgos relacionados con su capital, sino también cómo las empresas gestionan su huella social y ambiental.
Según la Comisión Europea, los inversores están cada vez más interesados en estos dos aspectos. Desean tener una visión integral tanto de los riesgos financieros como de los impactos que las empresas generan a nivel social y ambiental. En este sentido, la CSRD proporciona un marco más completo para evaluar la sostenibilidad empresarial.
Impacto en las pymes
Aunque la CSRD se centra en grandes empresas, las pequeñas y medianas empresas (pymes) también se verán afectadas. Las pymes cotizadas, excluyendo a las microempresas, estarán obligadas a cumplir con la normativa, mientras que para las no cotizadas se están preparando estándares voluntarios.
El impacto en las pymes no se limitará solo a las que estén directamente obligadas por la directiva. Muchas de estas empresas, como proveedores de grandes compañías, tendrán que adaptar sus prácticas para cumplir con los nuevos requisitos de sostenibilidad impuestos por sus clientes. Según Elsa Castillo, la medición de indicadores permitirá a las pymes implementar programas que promuevan un tejido productivo más sostenible.
¿Están preparadas las empresas?
Cumplir con los requisitos CSRD supone varios desafíos, como la disponibilidad y calidad de los datos, la complejidad de las cadenas de valor y la falta de profesionales capacitados en esta área. Según la encuesta Global CSRD Survey 2024 de PwC, muchas empresas aún están en proceso de adaptarse a las nuevas exigencias, lo que ha generado preocupación sobre los plazos de implementación y el coste de cumplir con la normativa.
Un aspecto clave señalado por PwC es la falta de datos fiables y verificables sobre ESG, lo que podría llevar a casos de greenwashing involuntario en los primeros informes de sostenibilidad. A medida que las empresas navegan este proceso, es probable que experimenten una curva de aprendizaje en la recopilación y análisis de datos ESG.
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Conclusión
La CSRD es más que una simple normativa de reporte. Representa un cambio profundo en la forma en que las empresas abordan la sostenibilidad y gestionan su impacto en el mundo. Para cumplir con estos nuevos requisitos, será crucial que las empresas adapten sus procesos internos, inviertan en tecnología adecuada y desarrollen capacidades para medir y reportar sus impactos ESG de manera precisa. Este esfuerzo no solo fortalecerá su competitividad en un mercado cada vez más consciente de la sostenibilidad, sino que también contribuirá a una mayor transparencia y responsabilidad empresarial a largo plazo.
Referencia CSRD: Cómo enfrentar los nuevos requisitos sin perder el rumbo – Ethic