Desperdicio de alimentos
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Se calcula que los hogares de la Unión Europea tiramos el 30% de los alimentos: son 179 kg por persona al año. España es el séptimo país de la UE con mayor índice de desperdicio de alimentos. Concretamente, y según datos del ‘Informe sobre el desperdicio alimentario en España 2021’ en nuestro país en el año 2022 tiramos a la basura 1.245 millones de kilos/litros de alimentos sin consumir. Esto es equivalente a 28 kg por persona al año.

Cabe recordar no sólo que “casi 800 millones de personas en el mundo no tienen suficiente alimento cada día”, subrayan desde el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), pero además, la pérdida y el desperdicio de alimentos supone una clara huella climática, ya que “generaron entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI)”, casi cinco veces más que el sector de la aviación. 

Pérdida de biodiversidad

Según los estudios, el desperdicio de alimentos es causante de una “importante pérdida de biodiversidad, al ocupar el equivalente a casi un tercio de las tierras agrícolas del mundo, para producir alimentos que finalmente acaban en la basura”.

Ya en 2011, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estimó que un tercio de toda la producción mundial de alimentos se desperdicia, lo que contribuye a niveles masivos de degradación ambiental y perpetúa la inseguridad alimentaria. 

Por otro lado, el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 12.3 estableció la meta de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos global posventa per cápita para 2030 y lograr una reducción de las pérdidas previas al comercio minorista. “Nunca ha habido un momento más importante para redoblar nuestros esfuerzos para reducir el desperdicio de alimentos a la luz de una mayor conciencia del impacto de nuestro sistema alimentario sobre la salud ambiental y climática”, apuntan desde WWF. 

Medidas clave

En España, “pendientes de que el Gobierno de España apruebe una futura Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, junto a otras entidades sociales y de consumidores hemos conformado el colectivo «LeySinDesperdicio» y creado un decálogo de medidas que deberían tenerse en cuenta”.

Decálogo:

  1. Producir sólo lo necesario para evitar desperdiciar y no tener que gestionar las pérdidas.
  2. Es imprescindible cuantificar el desperdicio en todas las fases de la cadena alimentaria: desde el campo a la mesa. Con metodología adecuada a cada uno de los actores y recursos necesarios para poder evaluar a futuro.
  3. También hay que medir «cómo se desperdicia», para adecuar las soluciones a cada situación.
  4. La rebusca o espigueo en los campos de cultivo es un mecanismo que reduce el desperdicio y ayuda a cuantificar las pérdidas en la fase de producción.
  5. Una ley es más efectiva cuanto menos espacio deje a la interpretación. Por eso, necesitamos precisar las definiciones clave de manera objetiva: desperdicio, pérdida, etc
  6. La medición de las pérdidas y el desperdicio alimentario debe ser una acción obligatoria y no voluntaria para todas las entidades / empresas de la cadena. 
  7. Es importante que la ley recoja las sanciones necesarias para evitar la tentación de esquivar el principal objetivo de la ley: reducir el desperdicio alimentario en todas las fases. Junto a las sanciones es crucial incluir acciones pedagógicas y medidas que faciliten el cumplimiento.
  8. La administración debe jugar un papel importante de vigilancia en el cumplimiento de la ley.
  9. Creemos que la ley debe marcar plazos para su desarrollo y los instrumentos necesarios para su puesta en marcha, como el Plan Estratégico, el Plan de Control, las guías propuestas, etc. 
  10. Incluir la creación de un espacio de participación, decisión y acompañamiento en el que estén todos los actores involucrados, incluida la sociedad civil, para el cumplimiento de la ley.

 

Redacción Ambientum



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