El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha lanzado una convocatoria de subvenciones que finaliza el 10 de junio
Inditex arrancaba 2024 con el lanzamiento de una chaqueta hecha cien por cien de residuos textiles, desde el propio tejido hasta los botones y la cremallera. Todo está fabricado con un nuevo nailon íntegramente basado en este tipo de residuos. Se llama loopamid y ha nacido del trabajo en equipo entre la compañía fundada por Amancio Ortega y la empresa química Basf. Iniciativas como ésta son cada vez más demandadas por la sociedad y más potenciadas también a través de ayudas oficiales, con la mira en crear moda sostenible.
De hecho, este mes de abril, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha lanzado una convocatoria de subvenciones gestionada por la Fundación Biodiversidad para el impulso de la economía circular en el sector del textil, de la moda, la confección y del calzado. Se trata de una ayuda vinculada a la segunda fase del Plan de recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España y asciende a 97,5 millones de euros.
Con esta cantidad, se financiarán “las mejores iniciativas seleccionadas, con importes que van desde los 100.000 euros hasta 10 millones de euros por proyecto y entidad beneficiaria”, tal y como se anuncia en nota de prensa.
Reducir el impacto medioambiental
El objetivo de crear moda sostenible es, reducir la presencia de sustancias peligrosas en los tejidos, evitar la liberación de microplásticos, propiciar la durabilidad de los tejidos o fomentar la reutilización y el reciclaje en ciclos cerrados, por lo que todas las empresas que se sientan en esta línea pueden optar a estas subvenciones. El plazo finalizará el próximo 10 de junio y las solicitudes podrán presentarse en el enlace de la web de la Fundación Biodiversidad.
No podemos cerrar los ojos. La cadena de producción de la industria textil es el tercer sector con más emisiones, por detrás de la alimentación y la construcción. Así lo apunta el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). Se han realizado estimaciones que aseguran su responsabilidad entre un 4%-10% de las emisiones globales y, si no se cambian los sistemas de fabricación, alcanzaría un 26% a mediados de este siglo.
Sostenibilidad y economía circular
Por suerte, la sociedad cada vez está más sensibilizada y los clientes exigen un mayor compromiso por parte de las compañías textiles. No cabe duda de que el éxito en el futuro de este sector va a tener que pasar por ser una empresa socialmente responsable y demostrarlo y a esta carrera se van sumando diversas iniciativas de marcas como H&M (con el uso de fibra celulósica sostenible) o Timberland (su firme convicción de ser 100% circular), aparte de firmas que nacen para crear ropa puramente sostenible, partiendo de prácticas éticas, materiales respetuosos con el medio ambiente y condiciones laborales justas.
Un ejemplo, y además nacional, sería Blue Anemone, que sólo fabrica bajo demanda, utilizando textiles naturales con el fin de reducir el impacto medioambiental. También dentro de nuestras fronteras se creó en 2017 la marca Green Forest, con una clara intención de trabajar con moda sostenible. En palabras de sus impulsores, “soñamos con cambiar la forma en la que tú vistes. Soñamos con que tú tengas en cuenta qué hay detrás de cada etiqueta. Que tengas un armario que se ajuste a tus valores”. Para ello, no sólo trabajan con tejido de algodón orgánico y tintes ecológicos procedentes de cultivos sostenibles y garantizan los derechos humanos y el sueldo digno de los trabajadores, también forman parte de iniciativas para compensar el CO2 de cada una de sus prendas a través de proyectos de reforestación.
Iniciativas ‘green’ de las marcas más conocidas
En cuanto a las firmas más conocidas, se van subiendo al tren de la sostenibilidad y la economía circular. C&A también está inmersa en un plan para compensar las emisiones de carbono emitidas; la marca deportiva Puma consiguió por primera vez en 2020 que la totalidad de su colección fuera fabricada con materiales sostenibles, los programas de la lencería francesa Etam para dar una segunda vida a los sostenes o The North Face, que diseña nueva ropa a partir de artículos ya utilizados. Por su parte, Levi’s lanzó sus jeans sostenibles el verano de 2020, hechos en un 60% de algodón orgánico, un 20% de denim reciclado y otro 20% de viscosa de origen sostenible y Mango se comprometió a ahorrar hasta 30 millones de litros de agua a la hora de producir prendas denim.
Y así, un largo listado cada vez más concienciado por la necesidad de reducir el impacto medioambiental a través de diversas medidas de sostenibilidad y economía circular, abogan por crear moda sostenible.