El avión, un Boeing 777 de la compañía Aeroméxico, emplea un combustible compuesto por una mezcla de turbosina derivada del petróleo, así como de hidrocarburos obtenidos de la planta oleaginosa Jatropha Curcas, la cual se cultiva en varias regiones del mundo y cumple con todos los requisitos exigidos por las autoridades de aviación civil de los países implicados.
Este vuelo comercial se enmarca dentro del acuerdo específico de colaboración entre España y México firmado el pasado 2 de noviembre de 2010 para colaborar en el desarrollo de biocombustibles y su uso en aviación.
El acuerdo fue suscrito entre, Aeropuertos y Servicios Auxiliares de México (ASA), la Agencia Estatal de Seguridad Aérea española (AESA) y Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica (SENASA). Estas dos últimas entidades dependientes del Ministerio de Fomento trabajan de forma conjunta en el desarrollo del campo de los biocombustibles de aviación en España.
Por ello, el vuelo ha contado con las participación y supervisión de las autoridades aeronáuticas de México, Estados Unidos y España y el fabricante de los motores General Electric y del avión Boeing.
Iniciativa innovadora y sostenible
En el acto de recepción del vuelo, Eugenia Lloréns, presidenta de SENASA ha querido recordar que “para el desarrollo y crecimiento del sector aéreo español es necesario que apostemos por iniciativas innovadoras y sostenibles que diversifiquen las fuentes de energía de aplicación en la aviación”. Del mismo modo, Lloréns resaltó la importancia del acuerdo firmado en noviembre entre España y México que ha permitido la realización del primer vuelo comercial transoceánico con bioqueroseno y que el destino escogido haya sido el aeropuerto de Madrid-Barajas.
La ruta cubierta por el vuelo entre las capitales de México y España demuestra la voluntad de cooperación mutua entre ambos países para alcanzar el liderazgo en el desarrollo de biocombustibles en aviación. Este campo es un sector innovador con un prometedor futuro.
Los biocombustibles de aviación ofrecen una oportunidad para frenar el aumento de las emisiones de carbono, teniendo como objetivo ser una fuente limpia de energía disponible a nivel mundial y así responder al compromiso adquirido por el sector aéreo de alcanzar un crecimiento neutro en carbono en el año 2020.
Por otra parte, las entidades AESA y SENASA, del Ministerio de Fomento, en estrecha colaboración con los Ministerios de Medio Ambiente y medio Rural y Marino (MARM) e Industria a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), están promoviendo el desarrollo de una cadena completa de producción de biocombustibles para la aviación en España, que garanticen el uso sostenible de los recursos desde la producción hasta el consumo en la aviación comercial. Más información en Bioqueroseno.