Las nuevas bandejas desarrolladas en el proyecto BANEF aprovecharán fibras recicladas procedentes de los recortes generados durante el propio proceso de producción de embalajes de cartón. De esta forma, se conocerá a la perfección el origen de la fibra reciclada, manteniendo bajo control la presencia de posibles contaminantes en dichas fibras. Al mismo tiempo, se conseguiría competir en precio con las bandejas plásticas de poliestireno y reducir la presión sobre la fibra virgen de papel.
Para lograr este objetivo, se trabajará en la identificación de los potenciales fenómenos de migración y la evaluación del desempeño de este tipo de envase en la conservación de alimentos. En concreto se realizarán pruebas sobre producto cárnico fresco, y en la validación de la biodegradabilidad del envase al final de su vida útil.
La idea del proyecto surge como respuesta a la demanda que plantea la industria alimentaria. Ésta es una de las principales inversoras en innovación y también una de las más importantes demandantes de nuevos materiales ecológicos (biodegradables, reciclables), procesos de producción más sostenibles (ahorro energético y de materias primas), avances tecnológicos (materiales que informan de la seguridad microbiológica del producto o interaccionen con el alimento alargando su vida útil) y diseño (que diferencie y aporte valor añadido a sus productos).
La responsabilidad medioambiental es parte de la identidad de marca de la industria del envase europea, quien considera que su futuro pasa por los materiales biodegradables. Por este motivo, se prevé que la sostenibilidad lidere la innovación en este sector durante los próximos cinco o diez años.