El proyecto A.N.D.E.S. (Agua Negra Deep Experiment Site) es una iniciativa de científicos de Argentina, Chile, Brasil y México, que propone la construcción e implementación de un laboratorio subterráneo de clase mundial, al interior del futuro túnel Agua Negra, el cual se ubicaría entre la Región de Coquimbo (Chile) y la Provincia de San Juan (Argentina), a más de 1.750 metros de profundidad.
Desde el año 2009, un grupo de científicos se encuentra trabajando en la materialización de este proyecto. Así lo explica el Dr. Claudio Dib, académico del Departamento de Física de la Universidad Técnica Federico Santa María, investigador del Centro Científico Tecnológico de Valparaíso (CCTVal) del plantel y coordinador nacional de la iniciativa A.N.D.E.S., asegurando que ésta es una oportunidad única, tanto por las condiciones que se presentan en la zona, así como también para el mundo científico.
Sitios tan profundos como éste son muy escasos en el mundo y a la vez muy demandados por los actuales experimentos de física de astropartículas, que buscan la detección de neutrinos y de materia oscura. Además de física, estos laboratorios acogen experimentos y mediciones en sismología, geofísica, geología, biología y medio ambiente, entre otros.
“La construcción de un túnel vial bajo la cordillera, que tiene la cualidad de ubicarse en un sector muy profundo, permite el acceso a sitios que son muy apetecidos por la ciencia. Al tener un sitio de estas características, podremos llevar a cabo estudios muy sensibles, que no se pueden hacer en la superficie de la Tierra, debido al ruido que genera el constante bombardeo de partículas subatómicas procedentes del espacio exterior, conocidas como rayos cósmicos”, comenta.
Un imán para la ciencia
El experto asegura que actualmente existen alrededor de 15 laboratorios de estas características, pero todos ubicados en el hemisferio norte. A.N.D.E.S. vendría a ser el primero ubicado en el hemisferio Sur del planeta y además, el tercero más profundo en la actualidad.
"Hay muchos grupos de científicos que buscan instalar su experimentos, pero ya hay poco espacio en los laboratorios existentes. Esta es la oportunidad para atraer a estudiosos de todo el mundo a que vengan a instalarse acá, y a la vez, podemos aprovechar eso, para poder formar nuestro propio capital humano, que sea capaz de trabajar en experimentos y también, en el desarrollo de tecnología de último nivel”, agrega.
Pero, ¿en qué se encuentra el proyecto?
Si bien Dib sostiene que aún no se cuenta con el proyecto de ingeniería y que la materialización de este laboratorio podría demorar cerca de diez años, que es el tiempo de construcción del túnel, ya se cuenta con un Diseño Conceptual realizado por la misma firma encargada del proyecto del túnel, y con la evaluación de científicos especialistas en el tema.
No obstante, el profesor manifiesta que Chile aún se encuentra en un proceso de retraso respecto a este tema ya que en Argentina, el proyecto fue evaluado por el Ministerio de Ciencia y aprobado como primera prioridad, pero en nuestro país la realidad es distinta, ya que no se cuenta con un Ministerio similar. “Hay conversaciones en diversas entidades como el Ministerio de Relaciones Exteriores, Obras Públicas y Conicyt, pero aún no hay una resolución formal. El problema es que si nos demoramos mucho, el túnel puede construirse sin el laboratorio y perderemos esta oportunidad”, sentencia.
Características y rol de las universidades
De acuerdo a lo planteado por el coordinador nacional, además de contar con un lugar muy profundo, otra de las características vitales de este tipo de instalaciones, es que debe ser un muy lugar limpio y con baja concentración de radón en el aire. Además del sitio subterráneo mismo, la obra requiere de laboratorios de apoyo en la superficie, donde se hace la mayor parte del trabajo de preparación de los equipos y monitoreo de los experimentos, los cuales debiesen estar ubicados en ciudades cercanas, como Vicuña o La Serena en el caso chileno. Estos sitios contarán además con un importante centro de divulgación de estas ciencias.
De acuerdo a la experiencia de otros países como Canadá, Japón, Francia e Italia, el valor de estos laboratorios está en la educación o formación de especialistas, y en el desarrollo de nueva instrumentación y tecnología. “Tener una estructura de esta envergadura significa que uno genera educación a un nivel mucho más amplio. Alumnos de colegios pueden ir a conocer los avances y el trabajo que se hacen aquí gente de su propio país, visualizando así que las ciencias están al alcance de todos y que ellos también pueden ser parte de esto”, agrega. “Del mismo modo, estos desarrollos son polos de atracción y retención de nuestros científicos dentro del país”.
Sobre el rol que jugarían las universidades, Dib asegura que todos los planteles a nivel nacional pueden ser parte de esta experiencia.
“La idea es que todas las casas de estudio chilenas que tengan la capacidad e interés en las ciencias, se involucren, participen y se comprometan. Este será un laboratorio internacional de la comunidad latinoamericana, de modo que cualquier país y universidad puede formar gente que participe de los experimentos. Esto además significa establecer lazos de colaboración científica entre naciones vecinas”, puntualiza.