En la lucha contra el cambio climático y la degradación ambiental, la tecnología punta se ha convertido en un aliado indispensable. Drones que sobrevuelan bosques para detectar la tala ilegal, inteligencia artificial que analiza la calidad del agua a través de imágenes satelitales o dispositivos que optimizan el consumo energético y la generación de recursos renovables son solo algunos ejemplos de cómo la innovación tecnológica está transformando la manera en que abordamos estos desafíos.
Ciertamente la tecnología es una herramienta poderosa que bien gestionada puede ayudarnos a construir un planeta más limpio. En la rutina del hogar, podemos incorporar electrodomésticos inteligentes y con certificado de eficiencia o con dispositivos que nos permitan dosificar mejor la energía.
La inteligencia artificial, una aliada
A esto se suma la tan nombrada inteligencia artificial, que también ayuda a descifrar cuándo ciertos dispositivos no se están utilizando y apagarlos automáticamente, lo que revierte directamente en la reducción del consumo de electricidad desperdiciada y la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero.
Más allá de los hogares, la tecnología brinda su apoyo en la lucha contra el cambio climático a las compañías. Según un estudio recientemente publicado sobre la percepción de grandes empresas en torno a la eficiencia energética y la penetración de la IA en la gestión y optimización del consumo energético (realizado por Smarkia y GfK), el 93% de los directivos de grandes empresas considera importante impulsar la eficiencia energética para ser más sostenibles y reducir su impacto ambiental.
Sostenibilidad en grandes empresas
La sostenibilidad resulta ser el motivo más importante para los directivos de las grandes empresas a la hora de avanzar en materia de eficiencia energética. De hecho, “el 89% asegura haber tomado medidas en su empresa para reducir el consumo energético, destacando entre ellas, la integración de sistemas de monitorización y gestión, el desarrollo de medidas de eficiencia energética y la apuesta por las energías renovables”.
En lo que se refiere a inteligencia artificial, el 75% de los directivos encuestados reconoció interesante la idea de contratar sistemas de gestión energética basados en la IA, “valorando especialmente su utilidad para reducir la factura energética (61%) o para reducir la huella de carbono (58%)”. No cabe duda de que la tecnología de vanguardia es el camino para abordar los desafíos medioambientales a los que nos enfrentamos. Incluir soluciones tecnológicas de última generación nos facilitará la adaptación a las regulaciones y necesidades específicas de cada lugar del mundo.
