El uso de la energía cinética del viento para la obtención de energía no tiene nada de innovador, ya que tradicionalmente se ha usado en los molinos para obtener energía mecánica. El viento ya era una de las principales fuentes de energía de la humanidad hasta la aparición de los primeros motores a vapor y de combustión en el inicio de la etapa industrial. A pesar de todo, hasta el siglo XIX no empezó el aprovechamiento comercial de la energía eólica para la producción de electricidad.

En sus usos más modernos, la fuerza del viento se aprovecha mediante grandes aerogeneradores que convierten directamente la fuerza del viento en energía eléctrica y que se reúnen formando los vistosos parques eólicos. Si los molinos son pequeños o domésticos se aplican al bombeo de agua y a la producción de electricidad, sobre todo en zonas rurales.

Actualmente, la contribución de la energía eólica a la generación de electricidad es todavía poco significativa. Pero es evidente que esta fuente energética tiene un amplio potencial de crecimiento: en los últimos años, la energía eólica ha experimentado un desarrollo tecnológico considerable y ha incrementado su competitividad en términos económicos en relación con otras fuentes de energía.

En la Unión Europea, el sector de la energía eólica ha crecido de manera importante en los últimos años. Actualmente, la industria eólica europea encabeza el mercado a escala mundial, tanto por lo que hace referencia a su nivel tecnológico, como al volumen de producción, que representa el 50% del mercado internacional, o la existencia de programas específicos de búsqueda, desarrollo y difusión, tanto estatales como comunitarios.

Además, la regularización de los procedimientos administrativos para la autorización de instalaciones en varias Comunidades Autónomas españolas con grandes recursos eólicos, la madurez tecnológica que permite una fabricación muy veloz y un amplio consenso entre los actores del sector, han conformado un entorno que ha colocado a España en una posición muy privilegiada dentro del mundo eólico. En España se está promoviendo con mucha fuerza el uso de la energía eólica.

Algunos países empiezan a confiar en la energía eólica para la producción de hasta el 10% de su electricidad. En Dinamarca, el 10% de la electricidad viene del viento y el gobierno danés quiere conseguir que en el 2030, el 50% de su capacidad energética la origine el viento. En España, en Navarra, más del 20% de la electricidad se obtiene gracias al viento mientras que en la región de Schleswig-Holstein (Alemania), el 15% de la electricidad emana del viento.



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