La gestión de los residuos contempla el conjunto de acciones necesarias para realizar su recogida, trasladarlos a los centros de tratamiento y efectuar las operaciones finales para recuperarlos y reintegrarlos como materias primas en los circuitos productivos o eliminarlos.
- La prerrecogida aborda las operaciones inmediatamente posteriores a la generación de residuos: manejo, separación, almacenamiento y las posibles manipulaciones en los hogares. Finaliza cuando los residuos se presentan de forma adecuada a los servicios de recogida. Es una fase fundamental que marca el resto de la gestión, y de la cual el ciudadano es protagonista. También origina el impacto visual en las calles y áreas urbanas.
- La recogida engloba las operaciones de transporte de residuos desde la ciudad a centros de tratamiento, o a puntos transferencia intermedia.
- El tratamiento final es el proceso que recoge todas las operaciones precisas para la recuperación o la eliminación de los residuos sólidos urbanos. Esta fase concentra todos los procesos de transformación, ya sean mecánicos, químicos, biológicos o de recuperación energética utilizados para valorizar los residuos, así como aquellos que se emplean para el vertido final de los restos no recuperados y de los rechazos de los procesos anteriores.
En términos generales, los residuos sólidos urbanos se gestionan por dos métodos: recogida global y recogida selectiva. Las normativas comunitarias y la legislación española han apostado por la máxima recogida selectiva y por la recuperación de residuos.
- La recogida globalizada es aquella en que se desarrolla sin realizar una separación previa de ningún componente o grupo de componentes.
- La recogida selectiva es la que se efectúa sobre una fracción concreta o sobre un agrupamiento de estos componentes de forma diferenciada al resto de los residuos.
La recogida sin selección previa no favorece la recuperación de residuos, pues para ello se necesitan tratamientos industriales posteriores, lo que añade costos y degradaciones innecesarias y, sobre todo, no fomenta la voluntad de reciclar en el ciudadano.
Esta recogida diferenciada es el único método realmente válido para proceder a una recuperación directa y eficaz de los materiales desechados por los ciudadanos.