Son sólo niñas
Las adolescentes, a nivel mundial, enfrentan numerosos problemas. Y es que, en general, la adolescencia es un período de transición con características muy peculiares que marca el proceso de transformación del niño en adulto. Se trata de una etapa de descubrimiento de la propia identidad, así como de la autonomía individual, en la que entran en juego factores tan importantes y delicados como la psicología y la sexualidad. Se habla de un momento que implica algo tan complejo como es tomar decisiones.
Elecciones respecto a cualquier cuestión, pero, son especialmente complicadas las concernientes a los seres queridos de los que cada persona se quiere rodear. Es la primera vez que el ser humano se da cuenta de que puede decidir por sí mismo aspectos muy relevantes para su vida. Y, solamente uno mismo puede tomar tales elecciones. Nadie más. Todo esto genera una cierta ansiedad o, cuanto menos, incomprensión inicial ante lo que es mejor y más apropiado e, inevitablemente, un choque de realidad entre lo que continúan indicándote que es lo correcto y lo que uno mismo considera más oportuno.
Hasta el momento sólo se habla de puntos que ya son cruciales y difíciles para todo adolescente, se encuentre en el punto del globo terráqueo que se encuentre o tenga unas tradiciones y costumbres u otras. Pero, ¿qué ocurre si a todo ello se le suma el “maltrato” que muchas chicas adolescentes sufren por la única razón de haber nacido en un lugar determinado?
Hay comunidades que consideran que una adolescente ya está preparada para el matrimonio y la maternidad y, más que eso, que de hecho ES SU DEBER estar casadas y ser madres. Un gran número de chicas se ven obligadas, incluso por sus padres, a dejar la educación reglada (eso sin contar al elevado número de ellas que, ni tan siquiera, pueden acceder a la misma); lo cual perjudica sus posibilidades de vida futura. Y, dándole una vuelta de tuerca más, incluso las niñas que sí permanecen en las escuelas se ven privadas de información básica acerca de su salud y sus derechos humanos y reproductivos. La consecuencia de ello, un mayor grado de fragilidad y vulnerabilidad ante enfermedades, lesiones y situaciones de explotación muy trágicas. Y, por si fuera poco, a todo esto se añade, así mismo, un grado más de dolor y complicación para las adolescentes marginadas por circunstancias de pobreza, por vivir en áreas remotas o por pertenecer a minorías étnicas.
En cambio, cuando a una adolescente se le brindan las herramientas necesarias para conocerse a sí misma y al mundo que le rodea, respetando sus derechos, puede llegar a convertirse en un agente de cambio muy positivo para el lugar en el que vive.
Pues precisamente ayer, día 11 de julio, fue el recomendado en 1989 por el Consejo de Gobierno del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo para conmemorar el Día Mundial de la Población. Fecha en la que se pretende hacer hincapié en la urgencia y la importancia de los asuntos relacionados con ella. Y, a este respecto, justo el tema de este año ha sido “Invertir en las adolescentes”.
Y, para luchar por la realidad de tantas chicas que están solamente empezando a vivir, existen programas del UNFPA (UnitedNationsPopulationFund), orientados a poner fin al matrimonio infantil, a frenar el embarazo de adolescentes y a fortalecerlas, de manera que tomen decisiones informadas sobre su salud y sus vidas. Pues, sólo en 2015 han ayudado a 11,2 millones de niñas de entre 10 y 19 años de edad a acceder a servicios de información sobre salud sexual y reproductiva.
Dado que los niños, o más concretamente en este caso, adolescentes, tienen sus propios derechos reconocidos por ley, desde Línea Verde recordamos que deben ser también asumidos y respetados por todos y cada uno de los adultos que tiene el más mínimo trato con cualquier persona de entre 10 y 24 años.
Y, en especial, pensemos en esas chicas, el día 11 de julio y siempre, que sólo por su sexo, se ven privadas de vivir como lo que realmente son: niñas.
Sobre Línea Verde
Este proyecto de participación ciudadana, enmarcado dentro de la línea de Smart Cities, inició su andadura en el año 2009 y ya está implantado en más de 300 municipios en todo el territorio nacional. Este sistema permite que los ciudadanos comuniquen fácilmente a su ayuntamiento todo tipo de incidencias de la vía pública de su municipio a través de una App o del portal web. Y son ya más de 2.000 las incidencias semanales que llegan a los distintos ayuntamientos a través de Línea Verde.
Además, los habitantes de cada municipio cuentan con un servicio de consultoría medioambiental mediante el que los expertos de Línea Verde responden a sus dudas.
El objetivo de los profesionales de Línea Verde es seguir expandiéndose para poder ayudar cada vez a más equipos de gobierno en la gestión de su ayuntamiento. Y es que entre ayuntamientos y ciudadanos, cada municipio puede estar cuidado y limpio y ser un entorno seguro y agradable para todos sus habitantes.
Así pues, los expertos de Línea Verde se ponen a disposición de todos los municipios de España para informar, sin ningún tipo de compromiso, acerca del funcionamiento y los beneficios que tienen sus servicios. Para ello sólo tienen que enviar un mail a la dirección info@lineaverdemunicipal.com o llamar al número de teléfono 916 308 073.