El proyecto afectaría a dos espacios de la Red Natura 2000, a cuatro hábitats de interés comunitarios y a especies en peligro como el visón europeo.
Los servicios de medio ambiente y biodiversidad de la Diputación de Álava, en el informe de 2007, consideraron que el proyecto “provocará afecciones directas de relevancia sobre varios Lugares de Importancia Comunitaria que forman parte de la Red Ecológica Europea Natura 2000, sobre el Parque Natural de Aizkorri-Aratz, sobre un Paisaje que está catalogado por esta Diputación como “Sobresaliente” (Acuerdo del Consejo de Diputados nº829 de 27 de septiembre de 2005 por el que se aprueba el Catálogo de Paisajes Singulares y Sobresalientes del T.H.A), sobre Áreas de Interés Especial para el Visión Europeo (especie calificada “En Peligro de Extinción) y sobre terrenos que en su mayor parte están catalogados como Montes de Utilidad Pública y propuestos para su catalogación como “Corredor Ecológico””.
Los elevados costes medioambientales no justifican la construcción de la presa
El Departamento de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del Gobierno Vasco reconoce, en el informe del 2007, que la inundación del vaso implica eliminar 2 ha. de una masa densa de hábitats de interés comunitarios: “9230 Robledales galaico portugueses con Quercus robur y Quercus pyrenaica” y “9240 Robledales ibéricos de Quercus faginea y Quercus canariensis”, de forma que no consideran “justificados los elevados costes ambientales de la alternativa escogida con el fin de cumplir un objetivo secundario y poco definido, el suministro de recursos de regadío, que cuenta además con otros medios ajenos al proyecto para ser alcanzado”.
Por su parte, la Confederación Hidrográfica del Ebro, en 2008, declaró que “se hace muy difícil cuantificar cuáles van a ser las afecciones reales así como plantear alternativas y medidas correctoras en cualquier ámbito como flora, fauna, paisaje, lugares de distinta protección ambiental”.
El terreno no reúne las características necesarias para la realización de la obra
El embalse anegará 40 hectáreas de masa forestal de las que más de la mitad corresponden a bosque de robledales con ejemplares centenarios que deberían incluirse en el Parque Natural de Aitzgorri-Aratz. También se verán seriamente afectados varios arroyos y ríos de cabecera en excelente estado de conservación, contraviniendo lo dispuesto en la Directiva Marco del Agua Europea. A lo que hay que añadir que tras la revisión del estudio geológico por técnicos independientes, estos han avisado en su informe que el terreno no reúne las condiciones necesarias para la realización de la presa.
Ante este panorama, las organizaciones ecologistas solicitan que la administración deje de despilfarrar el dinero público, y más en momentos de crisis, en proyectos avocados a ser desestimados por su elevado e inasumible impacto ambiental y se concentren en buscar alternativas sostenibles para asegurar el abastecimiento de los municipios de Asparrena, Salvatierra y San Millán.