La nueva estrategia responde a los llamamientos de los Gobiernos y del sector privado para crear nuevas formas de abordar el desarrollo, teniendo en cuenta los desafíos ambientales sin precedentes, y establece una visión de “un mundo ecológico, limpio y con capacidad de adaptación para todos”.
“Estamos comprobando que el trabajo a través del nexo de las crisis alimentarias, la inseguridad con respecto al agua y las necesidades energéticas se está haciendo aún más complicado debido a la degradación ambiental y al cambio climático”, dijo Rachel Kyte, vicepresidenta de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial. “Los países y las comunidades y los ecosistemas de los que dependen tienen que desarrollar su capacidad de adaptación a la vez que adoptan vías de crecimiento más eficientes. Esta estrategia define las áreas en las que haremos énfasis cuando procuremos responder a las necesidades de los países”.
Mientras los países intentan reducir la pobreza frente al cambio climático y otros importantes desafíos ambientales, el Grupo del Banco Mundial está aportando conocimientos, soluciones y financiamiento para fomentar un entorno que sea:
- ecológico, en el cual los recursos naturales sean objeto de una gestión y conservación sostenibles para mejorar los medios de subsistencia y garantizar la seguridad alimentaria;
- limpio, en el cual la existencia de aire, agua y océanos más limpios permita a las personas llevar vidas sanas y productivas, y en el que las estrategias de desarrollo hagan hincapié en un desarrollo energético, agrícola y urbano con bajo nivel de emisiones e inteligente en relación con el cambio climático;
- con capacidad de adaptación, en el cual los países estén mejor preparados para afrontar conmociones y sean menos vulnerables a los desastres naturales, las características meteorológicas volátiles y otros impactos del cambio climático.
Los compromisos del Banco Mundial dedicados a la gestión del medio ambiente y los recursos naturales han crecido de US$1500 millones, un 8,4% de los préstamos del Banco Mundial en el año fiscal 2001, a US$6300 millones, o 14,3% en el año fiscal 2011.
“La estrategia reconoce la función vital del sector privado para lograr un crecimiento y un desarrollo sostenibles e inclusivos”, dijo Nena Stoiljkovic, vicepresidenta de Servicios de Asesoramiento a Empresas de la Corporación Financiera Internacional (IFC). “IFC colabora con el sector privado en calidad de organismo de asesoramiento, financiación y establecimiento de normas para ayudar a aprovechar este potencial”.
La IFC invirtió US$1700 millones en proyectos respetuosos con el clima en el año fiscal 2011, lo que supone un aumento del 6% con respecto a los US$1600 millones del año fiscal 2010.
En el marco del programa de “ecología”, una prioridad es la coalición mundial sobre Contabilidad de la Riqueza y Valoración de los Servicios del Ecosistema (WAVES)que apoya los esfuerzos de los países para tener en cuenta el capital natural en los sistemas nacionales de contabilidad y, a través de la Alianza Mundial a favor de los Océanos, la prioridad es restaurar la salud de los océanos del mundo y optimizar su contribución al crecimiento económico y a la seguridad alimentaria. El programa de “limpieza” da prioridad a la gestión de la contaminación a través de la limpieza de ríos y los proyectos sobre el legado de contaminación, a la vez que promueve estrategias de desarrollo con bajo nivel de emisiones y el financiamiento de las energías renovables, la agricultura inteligente en relación con el cambio climático y la reducción de las emisiones de carbono en las ciudades.
El objetivo del programa de “capacidad de adaptación” es ayudar a los países a adaptarse al cambio climático y mejorar la gestión del riesgo de desastres, con particular atención a los pequeños estados insulares en desarrollo vulnerables con el fin de reducir la dependencia de las importaciones de petróleo, construir infraestructuras sólidas y restaurar ecosistemas costeros protectores, como los manglares.
La estrategia incluye planes de acción para los desafíos ambientales específicos en cada región en desarrollo del mundo.
- En África, el trabajo se centrará en el fortalecimiento de la gestión de gobierno de los recursos naturales, teniendo en cuenta la presión creciente sobre la agricultura, la minería, los bosques y las cuencas hidrográficas de la región. En colaboración con otras agencias, el sector privado y la sociedad civil, el Grupo del Banco Mundial está intentando expandir el acceso a energías limpias en toda la región.
- En Asia oriental y el Pacífico, el Grupo del Banco Mundial respalda las energías renovables y la eficiencia energética, el desarrollo urbano y el transporte sostenibles, y da prioridad a la retirada progresiva de numerosos contaminantes industriales; asesora sobre mercados del carbono y la adaptación de la agricultura y la infraestructura costera; amplía la gestión de los bosques y fortalece las asociaciones regionales para conservar la biodiversidad.
- En Europa y Asia central, donde muchos países se enfrentan a la escasez de energía y un legado de contaminación industrial, el Grupo del Banco Mundial está promoviendo la energía y la producción limpia, a la vez que apoya programas para eliminar reservas de contaminantes, rehabilitar humedales y mejorar la preparación para los desastres.
- En América Latina y el Caribe, donde se mantiene la presión sobre las costas, los humedales y la mayor cubierta forestal del mundo, el Grupo del Banco Mundial está promoviendo la gestión de áreas protegidas, la integración de la conservación de la biodiversidad en los paisajes productivos y, en ciertos países, el uso de pagos por servicios ambientales. También ofrece asesoramiento sobre políticas a la región más urbanizada del mundo acerca de vías de desarrollo más limpias, apoya la reducción de la contaminación ambiental y promueve “ciudades ecológicas”.
- En Oriente Medio y Norte de África, donde la alta densidad de la población, la escasez de agua y la sobreexplotación pesquera suelen afectar principalmente a los pobres, el Grupo del Banco Mundial está promoviendo programas para fortalecer la capacidad de los países que comparten mares -el Mediterráneo, el Mar Rojo, el Golfo de Adén y el Golfo Arábigo- a fin de reducir la contaminación marina y gestionar los bancos de pesca. Otras esferas prioritarias son los ecosistemas y los medios de vida del desierto, la mejora de la planificación urbana e industrial, la expansión de la generación de energía solar y las iniciativas para reducir la vulnerabilidad frente a la sequía.
- En Asia Meridional, donde los más pobres viven en áreas con una gran erosión del suelo, variación de las lluvias y degradación de los bosques, el Grupo del Banco Mundial está ayudando a fortalecer la función de la gestión de los recursos naturales en el programa de desarrollo, reforzar la gestión ambiental en la industria y reducir los costos de la degradación ambiental para los países.
Responder a los desafíos de un mundo ecológico, limpio y con capacidad de adaptación requiere aprovechar la ventaja comparativa de todos los socios en el desarrollo. La nueva estrategia reconoce el papel creciente del sector privado para abordar las preocupaciones acerca de la sostenibilidad, desarrollar normas sostenibles y garantizar que los mercados mundiales pueden promover y promuevan el desarrollo sostenible.