La decisión del Ministerio de Medio Ambiente de vetar la construcción de la autovía Teruel-Cuenca por su inasumible impacto ambiental cayó ayer como un tiro en Aragón y Castilla-La Mancha. El malestar se hizo mayor porque Medio Ambiente lleva estudiando el trazado desde 2003 y desde entonces todas las administraciones -incluso Fomento, impulsor del proyecto- habían anunciado reiteradamente la autovía. Además, el veto deja a Teruel sin la primera autovía prevista con Madrid.

El ministerio tenía previsto publicar hoy la resolución, en la que destaca el impacto de la obra sobre especies protegidas como el águila-azor perdicera y el escaso tráfico entre las dos poblaciones. Ésta es la segunda autovía vetada por impacto ambiental tras el freno a la Córdoba-Toledo en 2007.

La autovía -139 kilómetros y 519 millones de presupuesto- afectaba a ocho espacios protegidos y los ecologistas aplaudieron la decisión de Medio Ambiente. WWF/Adena había calificado la obra como una de las 10 más dañinas para el entorno y Miguel Ángel Hernández, de Ecologistas en Acción, señaló que «la obra no estaba justificada con el escaso tráfico» entre Cuenca (52.000 habitantes) y Teruel (34.000).

El secretario de Estado de Planificación de Fomento, Víctor Morlán, anunció en Teruel que la autovía era «inviable» pese a la «voluntad política de Fomento». La autovía era parte de la Córdoba-Tarragona, una alternativa por el interior a la autopista del Mediterráneo. Morlán, que fue diputado por Aragón, anunció que mejorará el actual trazado y que acelerará la tramitación de la conexión entre Teruel y la A-2 para que tenga autovía con Madrid. Con su explicación sobre el terreno, Morlán intentó paliar las críticas pero no tuvo mucho éxito.

Voces a favor de la nueva infraestructura

El secretario PSOE de Cuenca, José Luis Martínez Guijarro, también consejero de Agricultura de Castilla-La Mancha, afirmó que «hay razones de interés público de primer orden» en la autovía y que «podría ser una alternativa de desarrollo para zonas deprimidas». El alcalde de Teruel, Miguel Ferrer (Par), también reclamó la obra: «Cuenca y Teruel tienen que estar unidas por autovía». Después de cinco años de estudio nos sorprende la negativa. En este tiempo se podría haber buscado una alternativa». El diputado socialista por Teruel Vicente Guillén aseguró que era una «mala noticia» y la líder del PP en Aragón, Luisa Fernanda Rudi, denunció la nula voluntad del Gobierno en la obra. El movimiento ciudadano Teruel Existe cree que el Gobierno ha hecho el anuncio «buscando el momento, sin elecciones cerca y con los ciudadanos preocupados por la economía». El veto llega tras los sucesivos anuncios del Gobierno de que acelerará la obra pública para crear empleo y tres meses después de que Zapatero anunciara que reduciría los plazos de la declaración de impacto ambiental.



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