False Bay (Sudáfrica)
Dejando aparte los maravillosos y reconocidos parques nacionales de del África Oriental, de los que he sido testigo de su imponente fauna salvaje, como pueden ser los poderosos leones de melena negra del Serengeti, en Tanzania, los esquivos leopardos de actividad nocturna del South Luangwa, en Zambia, los imponentes gorilas de montaña de espalda plateada del volcán Karsimbi, en Ruanda, o los prehistóricos cocodrilos del río Chobe en Botswana, entre otros, uno de los lugares más sobrecogedores es sin duda, la costa sudafricana.
Allí el gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias) realiza una sofisticada y sobrecogedora técnica de caza, denominada Air Jaws, que consiste en capturar a su presa en la superficie mediante la propulsión de todo su cuerpo (aproximadamente 5 metros y 1.500 kg de peso), originando, sin lugar a dudas, una de las imágenes más impactantes en el Planeta Tierra.
Con este objetivo puse rumbo a Sudáfrica, sin saber muy bien si este fenómeno se producía a lo largo de toda la costa o era singular de algún enclave concreto, y ciertamente, encontré el que es, sin duda, el mejor lugar del mundo para presenciar semejante espectáculo, False Bay, la bahía del Cabo de Buena Esperanza.
En plena noche y montado en una barca con los focos encendidos y a plena potencia, me dirijo hacia la zona de concentración de los tiburones blancos, Seal Island o la isla de las focas del Cabo, dónde cientos de ellas se congregan en una reducida isla, y donde sus crías, durante los meses de verano, aprenden a nadar y adentrarse a aguas más profundas, momento que aprovecha el Gran Blanco para capturar a su presa.
Ya con las primeras luces del alba, llego a las inmediaciones de la isla y preparo mi cámara con la intención y no muy convencido de poder ser testigo del Gran Salto, pero sin mucho esperar y con el vaivén del bote surge de las entrañas del mar el poderoso animal a tal velocidad que, el enorme impacto al caer provoca un gran estruendo y un intenso oleaje. No daba crédito, en menos de lo que tardo en pestañear había presenciado algo impensable y no sólo por una vez, sino hasta 4 veces pude ver estos impactantes Air Jaws o Tiburones Voladores.
Mientras lees estás líneas, unos 200 tiburones mueren por sus aletas o simplemente por productos médicos ineficaces. Se estima que al año, los tiburones matan unas 15 personas, confundiéndole con su presa habitual, una foca, mientras que el ser humano acaba con la vida de 100 millones de escualos. Un dato desalentador que estamos a tiempo de evitar.
Puedes obtener más información acerca de mi trabajo en mi página web www.naturalezavision.net o en mi página de Facebook www.facebook.com/naturalezavision.