Gonzalo Collado Inzulza identificó por primera vez en Chile y Sudamérica la presencia del caracol acuático Potamopyrgus antipodarum, conocido comúnmente como caracol de barro neozelandés. La vertiente del Parque O´Higgins y el estero La Dehesa en la región Metropolitana, el río Chalinga y el estero Consuelo en la región de Coquimbo, son los lugares donde se verificó la presencia del caracol invasor que amenaza con desplazar a especies nativas.
El caracol acuático Potamopyrgus antipodarum o caracol de barro neozelandés fue identificado por primera vez en Chile y Sudamérica. El hallazgo fue publicado en una revista internacional de reconocido prestigio en el área de la zoología. El responsable de dicho descubrimiento es el Dr. en Ecología y Biología Evolutiva, Gonzalo Collado Inzulza, del Departamento de Ciencias Básicas de la Universidad del Bío-Bío.
“Una especie invasora en un ecosistema natural es un problema, porque dicha especie no evolucionó en el lugar que ha invadido, por lo tanto, no tiene depredadores o competidores que sí tenía en su hábitat natural, y en algunos casos pueden avasallar a las especies nativas. Eso termina provocando desequilibrios en el ecosistema, y si tiene un alto potencial reproductivo, es sólo cuestión de tiempo para que se desplace a la fauna nativa”, aseveró el investigador.
El Dr. Gonzalo Collado Inzulza es uno de los científicos chilenos reconocidos internacionalmente en el estudio de la biología de moluscos. Realizó sus estudios de pregrado en la Universidad de Valparaíso, donde obtuvo el título de Biólogo Marino y el grado académico de Licenciado en Ciencias del Mar en la Estación de Biología Marina de Montemar, actual Facultad de Ciencias del Mar.
Los años 2005 y 2010 obtuvo, respectivamente, su maestría y doctorado en Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de Chile. Posteriormente se desempeñó por tres años como investigador posdoctoral en esta misma casa de estudios. Desde hace más de una década, el Dr. Collado dicta clases de biología celular, ecología, embriología e histología, reproducción y desarrollo, zoología y sistemática molecular a alumnos de pregrado y postgrado en diferentes instituciones de educación superior.
El investigador de la UBB es también editor jefe de la revista Amici Molluscarum, publicada por la Sociedad Malacológica de Chile. Es miembro de la Sociedad Chilena de Ciencias del Mar, de la Sociedad Malacológica de Chile y de la Sociedad Chilena de Evolución, de la cual fue socio fundador y donde actualmente es Director.
¿Qué especie invasora identificó recientemente, y cuál es la relevancia de su hallazgo?
La especie es el caracol acuático Potamopyrgus antipodarum (Gray, 1843), comúnmente conocido como caracol de barro neozelandés. La especie la hemos identificado por primera vez en Sudamérica, específicamente en cuatro sistemas hidrológicos de Chile central, dos de ellos se encuentran en la ciudad de Santiago en la Región Metropolitana, que corresponden al estero La Dehesa y a una vertiente del Parque O’Higgins, mientras otros dos focos fueron encontrados en la ciudad de Salamanca, Región de Coquimbo, específicamente en el río Chalinga y en el Estero Consuelo.
¿Qué clase de organismo representa la especie invasora que ha identificado en Chile central?
Potamopyrgus antipodarum es un caracol de pequeño tamaño, de hasta 4 ó 5 mm de longitud de la concha, originario de Nueva Zelanda e islas adyacentes. Este caracol ha invadido hábitats de agua dulce y salobre de Australia, Asia, América del Norte y varios países de Europa. Ahora la hemos identificado en Sudamérica.
¿Esta especie invasora podría afectar a la fauna nativa?
Potamopyrgus antipodarum es una especie generalista, por lo cual puede alimentarse de una serie de recursos tales como plantas acuáticas, algas verdes y diatomeas, así como también detritos orgánicos. También es capaz de tolerar un amplio rango de condiciones físico-químicas del agua, por lo que puede adaptarse fácilmente a una diversidad de sistemas hidrológicos prácticamente en cualquier zona donde logre dispersarse. En las localidades donde está establecida esta especie habitan varias especies de invertebrados, incluyendo platelmintos, anélidos y caracoles del género Physa.
Existe evidencia de que en otros países P. antipodarum compite por recursos con la fauna nativa y es lo que podría estar ocurriendo en Chile central. Por ejemplo, después de llegar al río Snake de Idaho en América del Norte en 1987, cinco especies de moluscos nativos de la cuenca de este río se enumeraron bajo la Ley de Especies Amenazadas en las categorías de “Amenazadas” o “En Peligro”, en parte debido a la proliferación de P. antipodarum. Otra de las amenazas de esta especie invasora sobre la fauna nativa está dada por su alta capacidad reproductiva. Este caracol es ovovivíparo, por lo cual las hembras ponen huevos que permanecen al interior de bolsas de crianza dentro de su cuerpo, alimentándose de las reservas vitelinas del mismo huevo, pasando por todos los estados de desarrollo y larvales, hasta que los caracoles juveniles son liberados por la madre como adultos en miniatura, en el mismo lugar donde ella se encuentra. Las hembras pueden llegar a liberar de 20 a 120 juveniles. La otra amenaza son las altas densidades que pueden alcanzar estos animales en los hábitats invadidos. En las poblaciones naturales se ha informado densidades de 4000 caracoles por metro cuadrado, pero en hábitats invadidos P. antipodarum puede alcanzar densidades tan altas como 500.000 caracoles por m2, e incluso más (800.000/ m2).
¿Qué medidas de prevención o control se han tomado?
El hallazgo de P. antipodarum es reciente por lo que las autoridades desconocen la presencia de la especie en Chile. Sin embargo, hay otras especies introducidas incluso más agresivas que éste, como el caracol manzana Pomacea canaliculatan (Lamarck, 1822), categorizada dentro de las 100 especies invasoras más agresivas del mundo, y que ha invadido la Laguna Conchalí en Los Vilos desde hace ya unos años. Nada se ha hecho al respecto y la población sigue proliferando.
¿Cómo llega a identificar esta especie?
Actualmente desarrollo un proyecto Fondecyt (2013-2017) denominado “El dilema de las especies crípticas en el género Heleobia del cono sur de Sudamérica”. La idea es revelar la identidad de especies nuevas usando taxonomía integrativa. La taxonomía integrativa es un método relativamente moderno que nos permiten identificar especies difíciles de clasificar. Por ejemplo, las especies crípticas son especies que no son distinguibles morfológicamente unas de otras. De esta manera, se puede mostrar a Potamopyrgus junto a varias especies de distintos géneros de caracoles como Heleobia, Potamolithus, Littoridina, Semisalsa, Heleobops, etc., y todos son muy similares morfológicamente.
Entonces, en mi proyecto Fondecyt, la taxonomía integrativa incluye una gama de caracteres tales como rádula, concha, estudio de la morfología del sistema reproductivo, análisis filogenético utilizando secuencias de DNA, realización de muestreos profundos en una zona, para llegar a definir una especie con mayor rigurosidad. Esa taxonomía integrativa incluye un muestreo extenso y nosotros muestreamos desde el Altiplano hasta el mar, y eso ha llevado a encontrar especies como Potamopyrgus, y a encontrar una gama de especies nuevas. De hecho, en nuestro laboratorio tenemos por describir al menos una decena de especies nuevas y dentro de unos días se enviará a publicación un artículo que describe una especie nueva de Heleobia, que habita un pequeño oasis en el desierto de Atacama. Lo interesante es que esta taxonomía integrativa incluye análisis filogenético, entonces uno también puede identificar especies utilizando herramientas moleculares.
¿Cómo habría llegado el caracol neozelandés a Chile?
Eso no se ha podido determinar. Si uno mira el mapa que grafica su presencia en Chile, podría elucubrar y pensar que colonizó primero el Parque O`Higgins, porque dicho parque se abrió en 1883, tras lo cual se trajeron plantas acuáticas, ornamentales y exóticas. Se ha descrito que Potamopyrgus puede ser transportado en plantas ornamentales, o bien ser transportado por aves. Si esto ocurrió acá en Chile es simplemente especulación. Nosotros secuenciamos el gen citocromo c oxidasa subunidad I en 16 caracoles, cuatro por localidad, y el DNA que se analizó no muestra variación con respecto a individuos de Japón, Nueva Zelanda y Europa.
Entonces, al menos con los datos que tenemos ahora, la ruta de introducción o el país de donde provienen los caracoles invasores es desconocida. Como ya fue señalado, P. antipodarum puede ser transportado por aves acuáticas o a través de plantas ornamentales, así como también en aguas de lastre de barcos, en tanques de agua dulce, acuarios, en ganado doméstico, a través del transporte de barro y tierra húmedas, equipos de pesca, PVC de piscicultura, ruedas de bicicleta, botas, carnadas, las posibilidades son muchas. En Chile los caracoles exóticos han aumentado durante los últimos años, siendo la principal vía de introducción, posiblemente, el comercio de acuarios. El investigador Sergio Letelier, curador del Museo Nacional de Historia Natural de Chile, ha sugerido a los acuarios como probable mecanismo.
¿Qué se puede hacer ante la presencia de esta especie invasora?
El año 2013 se creó un grupo de trabajo en USA para mitigar la diseminación de P. antipodarum en ese país. Es así como se trazaron una serie de objetivos, y lo primero fue identificar dónde se encontraba. Acá lo hemos identificado en cuatro sistemas hidrológicos, pero eso no quiere decir que no esté en otros lugares. También fue propuesto identificar las vías y vectores de propagación de los animales. Respecto de Chile, lo más parsimonioso es pensar que llegó a un lugar y desde ahí se expandió a los otros. De este modo, se pueden proponer métodos que detecten nuevas poblaciones de esta especie y luego proyectar estrategias para controlar poblaciones ya introducidas o naturalizadas.
¿Por qué es tan importante adoptar medidas?
En general, la invasión de una especie exótica causa serios daños a los ecosistemas invadidos y a las especies nativas que en él habitan, siendo una de las grandes causas actuales de la pérdida de biodiversidad a nivel mundial. Dentro de los últimos 100 años, las especies invasoras han causado la extinción de una variedad de invertebrados, peces, reptiles, aves y mamíferos. Desde los años del 1800 el caracol de barro P. antipodarum, una especie predominantemente de agua dulce, se ha diseminado a través de varios continentes y ahora sabemos que se encuentra en Sudamérica. Después de 25 años de haber invadido Norteamérica, ahora está bien establecido en los principales ríos del oeste de USA, incluyendo los ríos Snake, Missouri, Columbia y el Parque Yellowstone, además de los Grandes Lagos del Este.
¿Potamopyrgus compite con alguna especie nativa específica de Chile?
A través de un proyecto de investigación interno de la UBB, denominado “Sobreposición de nicho entre el caracol invasor Potamopyrgus antipodarum y el caracol nativo Physa sp.”, se intentará obtener evidencia a través de estudios de campo y condiciones controladas que permitan demostrar si ambas especies están compitiendo. Es posible que compitan por hábitat, porque la vertiente del Parque O’Higgins tiene distintos microhábitats tales como macrófitas, sedimento blando, sustrato duro y hojarasca. A través de determinaciones de abundancia, veremos en cuál microhábitat pudiese ocurrir competencia. También estudiaremos la química del agua, para evaluar si hay sobreposición de nicho respecto a las variables ambientales. Es importante destacar que los proyectos de investigación internos de la UBB permiten la formación de capital humano, y el tema de las invasiones biológicas ofrece una buena oportunidad para que estudiantes de carreras biológicas o relacionadas con recursos naturales desarrollen sus actividades de titulación o tesis en nuestra universidad.