La secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, en un acto del partido socialista.
● Los expertos coinciden en que la publicidad engañosa frena el consumo sostenible.
Por EVA SAN MARTÍN. Madrid esanmartin@ambientum.com
Lo verde vende. Esa lección tan bien aprendida por los publicistas en los últimos tiempos lleva camino de volverse en contra del consumo responsable. Los ciudadanos ya han empezado a rechazar productos presuntamente respetuosos con el medio ambiente por el “abuso” de las etiquetas bio y eco falsamente ligadas, en ocasiones, a productos que no son tan sostenibles como afirman sus anunciantes.
”La sensación de fraude [ecológico de los productos] puede llevar a un sentimiento de desengaño”, declaró ayer Teresa Ribera, secretaria de Estado de Cambio Climático en la apertura del debate Marketing de productos y servicios sostenibles, en el Ministerio de Medio Ambiente, que organizaba la Fundación Entorno y la embajada de Reino Unido en Madrid. Ribera no dudó en hablar del “hartazgo” que siente el consumidor, en referencia al desencanto que muchos ciudadanos sienten cuando se saben defraudadazos por un producto supuestamente ecológico que, resulta no serlo. La secretaria de Cambio Climático cree que los productos deben tener en cuenta la huella ecológica que supone consumirlos.
Los impactos al entorno que supone producir un determinado artículo deben, además, contabilizar los recursos naturales que gasta durante y después de consumirlo. Es lo que los ecólogos llaman huella ecológica.
La directora de la Fundación Entorno, Cristina García-Orcoyen, una asociación que engloba a algunas de las empresas sostenibles más importantes, cree que “el abuso de la etiqueta verde tiene el riesgo de provocar en el consumidor el síntoma de fatiga verde”. Una sintomatología psicológica que afectaría a los ciudadanos que no ven recompensados sus esfuerzos de optar por un consumo sostenible.
El semanario norteamericano Newsweek ya reflejaba hace siete meses que este síndrome del ecoestrés, ya está siendo diagnosticado por algunos especialistas norteamericanos. Una información que en noviembre recogía este periódico digital.
Exprimir la imaginación, coincidían algunos de los asistentes al encuentro, parece ser la clave para superar el hartazgo verde. Y de paso, que los que productos realmente sostenibles logren sobrevivir en estas turbulencia de la crisis económica. “El entorno financiero invita a hacer una reflexión profunda del modelo de desarrollo que se impulsa”, concluyó este sentido Ribera.