Cristina Narbona, la "ecologista" convencida que ha pilotado el Ministerio de Medio Ambiente durante los últimos cuatro años, ha quedado fuera del nuevo gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero tras haber situado la lucha contra el cambio climático en todas las agendas.
No ha podido Narbona cerrar las heridas que la gestión del agua ha generado históricamente en España, y su labor al frente del Ministerio ha estado además marcada por una de las sequías más severas del último siglo.
Derogó el trasvase del Ebro, que estaba incluido en el Plan Hidrológico Nacional, y apostó por la desalinización, aunque estas medidas no han podido todavía satisfacer las carencias que durante los últimos años han padecido las cuencas del Segura y el Júcar y durante los últimos meses Cataluña.
Narbona ha tenido así que afrontar las disputas territoriales que provoca el uso del agua, pero ha tenido además tiempo de volcar parte de su actividad política en el partido, y la dirección le encomendó que pilotara el Partido Socialista de Madrid tras la crisis que desencadenaron los resultados en las últimas elecciones autonómicas.
Nacida en Madrid en 1951, Narbona es doctora en Ciencias Económicas por la Universidad de Roma; hija de periodistas, comenzó en política en el año 1982, vinculada a su profesión, como viceconsejera de Economía de la Junta de Andalucía, el primer cargo público que ocupó.
Tras esa experiencia, estuvo durante seis años -de 1985 a 1991- vinculada al Banco Hipotecario, donde ejerció como subdirectora general de Planificación y Estudios y, después, como directora general de Producción.
En 1991 regresó de nuevo a la política al ser nombrada directora general de Vivienda en el Gobierno de Felipe González.
Fue la primera secretaria de Estado de Medio Ambiente, área en la que también estaba incluida Vivienda, un cargo al que llegó en 1993, poco después de ingresar como militante en el PSOE, y que ocupó hasta que el PP ganó las elecciones generales en 1996.
Zapatero, en la rueda de prensa para dar a conocer su nuevo Gobierno, agradeció el trabajo de Narbona y la gestión que ha realizado de temas "muy difíciles".
El presidente del Gobierno subrayó la relación "de confianza" que tiene con Cristina Narbona y aseguró que tendrá nuevas tareas en el proyecto socialista.