A mediados de diciembre la asociación SOS Galgos se encontró ante uno de los casos más graves con los que se ha enfrentado jamás desde sus inicios, hace ya catorce años. Se trata de Penny, una galga encontrada en Sevilla con más de setenta perdigones que le disparó un cazador, repartidos entre su cabeza y su cuello.
Inicialmente se detectó que estaba ciega y al llevarla al oftamólogo se descubrió que era debido a que los perdigones habían atravesado ambos ojos. El ojo derecho lo tiene perdido, ya que el daño es irreversible, con desprendimiento de retina y mucho dolor por todos los perdigonazos que recibió, y habrá que extraerlo para evitarle el dolor crónico que le produciría en caso de intentar mantenerlo.
SOS Galgos, al igual que otras tantas organizaciones protectoras y de defensa de los animales, lleva mucho tiempo recogiendo los perros desechados por la práctica de la caza cada año, sin más ayuda que la buena voluntad de gente que apoya la causa como socios o colaboradores voluntarios.
Tanto esfuerzo para luego ver cómo, en la víspera de Navidad se aprobó finalmente la nueva Ley de Caza en Castilla la Mancha de Mª Dolores Cospedal.
Dicha ley permite atrocidades como disparar a perros y gatos sueltos, matar jabalís a lanzazos, la prohibición a excursionistas y ciclistas de andar libremente por el campo, si los cazadores lo encuentran oportuno, o la posibilidad que menores de 14 años puedan llevar armas.
Asociaciones protectoras de animales, ecologistas y el Partido Animalista manifiestan frustración y enojo absoluto con la actuación de las autoridades, quienes hasta el momento no solo han ignorado la situación desamparo y riesgo de los galgos en España sino que ahora además, con esta ley, legitiman el barbarismo y la crueldad hacia los animales sin ningún tipo de justificación.
Con la nueva Ley de Caza de Castilla la Mancha se teme que casos como el de Penny no sean aislados, ya que no solo se normalizará la barbarie hacia galgos y otros perros considerados de caza, sino que será legal infringir este dolor y sufrimiento hacia los animales salvajes y domésticos abandonados.