Así lo ha explicado la directora general de Calidad y Evaluación Ambiental y Medio Natural, Guillermina Yanguas, durante la presentación ayer de "El transporte eléctrico y su impacto ambiental", una obra que analiza la evaluación ambiental a la que están sometidas las líneas de transporte eléctrico y las subestaciones asociadas.
En la presentación, celebrada en la sede del Ministerio en la plaza de San Juan de la Cruz, han intervenido también el coordinador de esta publicación Ramón Folch, el director general de Transportes de Red Eléctrica, Carlos Collantes, y el presidente de la Asociación Española de Evaluación de Impacto Ambiental, Iñigo Sobrini.
Guillermina Yanguas ha subrayado que, en materia normativa, una de las primeras decisiones adoptadas por el Ministerio ha sido la de identificar "los elementos que concurren en el procedimiento de evaluación que introducen retardos e ineficiencias, y buscar los instrumentos más adecuados para corregirlos y mejorarlos".
En este sentido, ha destacado su objetivo de agilizar y simplificar la normativa, en la línea que promueve la Comisión Europea a través de la revisión de la actual Directiva, así como de racionalizar los recursos "dedicando la mayor parte de ellos a evaluar los proyectos que conllevan impactos significativos sobre el medio ambiente".
El estudio presentado ayer está destinado a todos los agentes implicados en el proceso de evaluación ambiental de las infraestructuras de transporte eléctrico, como las empresas consultoras y los órganos ambientales de la Administración estatal y autonómica, además de Red Eléctrica como promotor.