La Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha registrado su huella de carbono en la Oficina Española de Cambio Climático. 

Es la primera universidad pública española que lo hace. La huella de carbono constituye uno de los indicadores más relevantes de la sostenibilidad medioambiental de una organización, por cuanto que mide la totalidad de los gases de efecto invernadero que emite, tanto de forma directa como indirecta.

La elaboración de este particular inventario ha corrido a cargo del Equipo Huella de Carbono Montes-UPM, que se encuadra en la Cátedra Ciudad Sostenible y Empresa de la UPM. 

Su trabajo es continuación del que comenzaron en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Montes, Forestal y del Medio Natural, donde se lleva calculando y registrando la huella de carbono desde 2011.

El indicador, más allá de una muestra de responsabilidad social, constituye una herramienta que ayuda a diseñar presupuestos más eficientes en términos medioambientales, según los responsables del equipo. Por ello, subrayan la importancia de que se calcule y gestione de manera adecuada.

El cálculo de la huella de carbono se elabora normalmente en torno a tres bloques, denominados alcances. El primero corresponde al uso de combustibles y el segundo tiene que ver con el empleo de energía eléctrica. 

El tercer bloque se asocia a la adquisición de otros bienes, así como a los usos del suelo que se efectúan en el recinto y a los residuos generados por la actividad diaria. 

En el caso de la UPM, el cálculo ha incluido solo los dos primeros alcances, si bien está previsto realizar en el futuro el inventario del tercero. Los resultados reflejan que el consumo eléctrico causa el mayor volumen de emisiones (un 64,5%).



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